viernes, 28 de septiembre de 2012

RAJOY RECORTA DONDE NO DEBE

Presupuestos 2013: más impuestos, más deuda... y faltan reformas estructurales

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Los Presupuestos Generales del Estado para 2013 prevén que la economía española sólo decrecerá un 0,5%, cifra que choca con el consenso generalizado entre los analistas que estiman caídas del PIB que sobrepasen el 1%. La estabilidad de la tasa de paro en el 24,3%, tres décimas menos que en 2012, también resulta chocante en un nuevo año de recesión, en el que seguirá cayendo el consumo tanto privado como público -este último se reducirá el doble que en 2012- y la formación bruta de capital caerá un 2,1%. España, entre el optimismo antropológico de Zapatero y el ilusionismo patológico de Rajoy.
Aún así, del cuadro macroeconómico para el próximo año se deduce un panorama bastante sombrío. Buena muestra de ello es la evolución de la deuda pública, en este momento el mejor termómetro para medir la gravedad de nuestros problemas.
En 2013, uno de cada cuatro euros del gasto presupuestario -169.775 millones de euros , incluida la aportación a la Seguridad Social y a las CCAA- se dedicará a pagar los 38.590 millones de intereses que generará la deuda. Cristóbal Montoro indicó que en agosto pasado la deuda pública ya representaba el 76% del PIB, con lo que es más que probable que cierre el ejercicio en el umbral del 80% y se llegue a rozar el 90% en 2013.
El crecimiento de la deuda, los intereses y las previsiones del Ejecutivo sobre la evolución a la baja de la prima de riesgo, hacen pensar que es posible que siga barajando la posibilidad de no solicitar el rescate a sus socios europeos, pero esto depende en gran medida de la confianza que sean capaces de suscitar los planes del Gobierno y del cumplimiento de los compromisos adquiridos.
El ministro de Hacienda dijo ayer que "todavía confía en que se pueda alcanzar un 6,3% de déficit para el conjunto de las Administraciones Públicas" en 2012, con el horizonte de bajar al 4,5% al siguiente año. Pero hay muchas incógnitas. Una de ellas es el comportamiento de la Seguridad Social, que por primera vez tendrá que echar mano del Fondo de Reserva -la llamada hucha de las pensiones- para hacer frente a la compensación que reciben los pensionistas por la desviación de inflación en relación con la subida de las pensiones. En total, el Consejo de Ministros autoriza a utilizar 3.063 millones de esta hucha para hacer frente a esas obligaciones.
Los Presupuestos también contienen nuevas subidas impositivas. Especialmente significativo por su impacto recaudatorio es el establecimiento durante 2013 y 2014 del límite del 70%, que se impone a la deducción por amortización de las grandes empresas en Sociedades. Con esta decisión, Hacienda espera recaudar 2.371 millones. Se crea un gravamen del 20% para los premios de loterías que superen los 2.500 euros, que puede afectar a los ingresos del organismo de Loterías, pero también a otras entidades como la ONCE.
La nueva tributación por las plusvalías a corto plazo -menos de un año- rompe la neutralidad fiscal entre los distintos productos de ahorro y aportará 90 millones a las arcas del Estado. Es cierto que el próximo año pesa más el recorte en gasto que el aumento de ingresos, pero venimos de un año de fuertes subidas tributarias.

Una decepción

El Ejecutivo también pone en marcha un conjunto de reformas exigidas por Bruselas -Olli Rehn declaró que van más allá de lo solicitado- y de las que en su mayoría se habla hace meses, aunque no se hayan llegado a concretar. Causa una gran decepción que no se proceda a una profunda reforma del sector público para eliminar muchas de las duplicidades existentes.
Estos Presupuestos, poco creíbles en sus previsiones, anuncian un nuevo año de sacrificios sin que quede del todo clara la hoja de ruta para afrontarlos.
Fuente: Eleconomista