viernes, 18 de enero de 2013

¿QUÉ MÁS NOS QUEDA DE SABER DEL PP?

Barcenas pagó sobresueldos en negro durante años a parte de la cúpula del PP

Luis Bárcenas a la salida de la Audiencia Nacional. | Paco Toledo
Luis Bárcenas a la salida de la Audiencia Nacional. | Paco Toledo

Luis Bárcenas pagó durante años sobresueldos en negro a parte de la cúpula del PP. Las cantidades que contenían los sobres oscilaban entre los 5.000 y los 15.000 euros mensuales, según han asegurado a EL MUNDO cinco fuentes solventes de las sucesivas direcciones del partido.
Luis Bárcenas controló esta práctica tanto durante los casi 20 años que ejerció de gerente del partido, como en el año escaso que permaneció como tesorero. El dinero procedía de comisiones cobradas a constructoras y compañías de seguridad y de donaciones anónimas.
Bárcenas ha amenazado con sacar a la luz esta contabilidad B si el partido no le ayuda a librarse de las consecuencias penales del caso Gürtel, que podría acarrearle una condena de cárcel.
El ex gerente y ex tesorero del PP Luis Bárcenas pagó durante años sobresueldos en dinero negro a la cúpula del partido y otros altos cargos. Los beneficiados con el reparto de sobres tenían un salario orgánico en A -en muchos casos, también uno institucional- y una cantidad adicional en B.
Desde que estallase el caso Gürtel a principios de 2009, Luis Bárcenas, que aparecía en la contabilidad paralela de la trama dirigida por Francisco Correa como Luis el cabrón, ha venido amenazando a las más altas instancias del PP con identificar a los perceptores de los sobresueldos si no le libraban de "comerse el marrón judicial". Al más puro estilo Diego Torres, advierte que, o le buscan un atajo para sortear la cárcel, o arrojará "las bombas atómicas" que obran en su poder.
Hay que recordar que el hombre que gestionaba las finanzas del partido está imputado por el Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional. El pasado miércoles se hizo público que llegó a tener, "junto a otras personas" cuya identidad no ha revelado, 22 millones de euros en el Dresdner Bank de Ginebra a través de una sociedad panameña. Un detalle: según su versión, esta cuenta opaca al fisco español data de antes de 1990, que es cuando se inició el abono de sobresueldos irregulares.
La bomba atómica que posee Luis Bárcenas, de 55 años y un auténtico pata negra del PP -empezó a llevar las cuentas con el efímero Antonio Hernández-Mancha en 1987-, se llama "contabilidadB del PP".
Y esa contabilidad B, que asegura tener a buen recaudo, recoge todos los salarios en negro que abonó durante años a la cúpula del partido y altos cargos de Génova 13. Hasta cinco fuentes diferentes han confirmado a EL MUNDO lo que Bárcenas relata entre bastidores. Que los sobres en negro a la cúpula iban desde los 5.000 euros al mes para los secretarios de área, a los 15.000 que percibían las más altas instancias. Existía un nivel salarial intermedio de 10.000 euros.
Esta costumbre procede de la época en que Manuel Fraga presidía Alianza Popular. En aquellos momentos, era tradición en todas las formaciones políticas el empleo de dinero en metálico para llevar a cabo la mayoría de las remuneraciones internas.
Con la llegada de Francisco Álvarez-Cascos a la Secretaría General del PP en enero de 1989, esta costumbre se estandarizó dentro de la contabilidad de Génova 13 que, a partir de entonces, tenía una vertiente oficial y declarada a Hacienda y otra en dinero negro plenamente sistematizada. Tras el Congreso de Sevilla de 1990, en el que se oficializó el relevo de Manuel Fraga por José María Aznar, el político asturiano prosiguió con su costumbre de los sobresueldos en B.
Álvarez-Cascos tenía como tesorero a Rosendo Naseiro, que tuvo que dimitir en 1990 por un escándalo de posible corrupción y, como gerente, es decir, como el auténtico cerebro en la sala de máquinas de la financiación, a Luis Bárcenas, un licenciado en Ciencias Empresariales por la prestigiosa universidad de los jesuitas Icade. El aparatchik andaluz ascendió en el partido gracias a la convergencia de tres factores: su gran dominio de los números, su discreción y su amistad con Luis Fraga, sobrino del fundador, con el que Bárcenas estuvo a punto de coronar el Everest en agosto de 1987 -se quedaron a 150 metros de la cima-.
Bárcenas era el encargado del trabajo sucio. Tarea para la que fue confirmado en su puesto por Javier Arenas, que aterrizó en la Secretaría General del PP en 1999. El democristiano sevillano permaneció en este puesto hasta el otoño de 2003, en que le sucedió un Mariano Rajoy, que ejercía de presidente de facto más que de secretario general real. Por una sencilla razón: el presidente continuaba siendo José María Aznar, pero de iure. Más que nada, porque era un político con fecha de caducidad (marzo de 2004). Según las fuentes consultadas, Rajoy nunca cobró esos sobresueldos.
En octubre de 2004, con la toma de posesión de Mariano Rajoy como presidente del PP y de Ángel Acebes como secretario general, tampoco se interrumpió la entrega de sobres a la cúpula del partido y a buena parte del organigrama de la sede nacional de Génova 13. Eso sí, el debate, que llevaba años abierto, aumentó exponencialmente en virulencia. El ahora presidente del Gobierno sí tomó la determinación de prescindir de la trama Gürtel a la hora de organizar los actos y las campañas del partido, al menos, a nivel nacional.
Fue María Dolores de Cospedal, abogada del Estado excedente, y a instancias de Rajoy, la que dijo "basta ya" al reparto de sobresueldos en B en el partido tras acceder a la Secretaría General del partido en el Congreso de Valencia de junio de 2008. La actual presidenta de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha adoptó en 2009 la draconiana decisión de poner fin a más de 20 años de salarios en negro y de declarar al fisco hasta el último euro que entraba y salía del partido, nóminas incluidas. Desde entonces, todas las personas que cobran sueldos orgánicos lo hacen pagando sus impuestos correspondientes.
Tres cuartos de lo mismo sucede con los dirigentes populares que compatibilizan sus cargos institucionales -presidencias autonómicas, alcaldías, Congreso de los Diputados o Senado- con los orgánicos. La diferencia entre la era Cospedal y las anteriores es que ahora ni un solo euro escapa a Hacienda.
También se tiraba de dinero negro para satisfacer con sobresueldos tanto a trabajadores cualificados del partido, como para fidelizar a los escoltas, tanto los que prestaban sus servicios dentro de la casa como los que se dedicaban a proteger a amenazados por ETA.
¿Y de dónde salían estas ingentes cantidades de dinero negro? El dinero para estos sobresueldos procedería, según varias fuentes consultadas, del pago de comisiones por parte de constructoras tras recibir contratos públicos o a cambio de adjudicarles obras en las numerosas sedes que el PP tiene a lo largo y ancho de la geografía nacional. La segunda vía de financiación procedía de las compañías de seguridad que trabajaban para el PP o para administraciones públicas que controlaba la formación de centroderecha.
Fuente: El Mundo. es