jueves, 21 de febrero de 2013

EL Sr IBÁÑEZ RECONOCE QUE NO HAY DINERO PARA PAGAR Y QUIERE HACER EL BULEVAR DE LA CALLE VITORIA, DIMISIÓN YA


El Consorcio del tren propone la dación en pago para saldar una deuda de 166 millones

Á.M / Burgos - jueves, 21 de febrero de 2013
En abril vence el plazo para afrontar 21,2 millones que no hay. La primera opción fue renegociar los créditos, pero se ha advertido que esa salida sería un parche temporal que no soluciona el problema de fondo: no hay previsión de venta de suelo


Decisión crucial para el futuro de la ciudad la que se va a tomar en los próximos días en despachos de Barcelona y Zaragoza. El dictamen obedecerá a una propuesta que se realizó en una reunión celebrada tres semanas atrás. En el encuentro, los dirigentes políticos (del equipo de Gobierno de Javier Lacalle) y técnicos del Consorcio para la Variante Ferroviaria expusieron a los delegados de Caja de Burgos y Cajacírculo una posible solución a las dificultades por las que atraviesa el ente.

La cuestión es que esos miembros del Consejo Rector no tienen capacidad ejecutiva y son los directivos de CaixaBank y Caja3 los que sí pueden aceptar o declinar la propuesta. El problema a superar es económico y no es sencillo. La deuda del Consorcio con CaixaBank, Caja3 y Dexia Sabadell asciende, a día de hoy, a 166 millones de euros, de los que hay que abonar dentro de poco más de un mes (en abril) 21,2, casi 3 de ellos de costes financieros (intereses).
Dado que los últimos intentos por lograr la enajenación de activos (venta de suelo) no fructificaron, la consecuencia es que no hay capacidad para afrontar ese pago. Más claro: no hay dinero. Y lo peor es que no parece que vaya a haberlo a corto plazo, así que además de lo inminente hay que pensar en lo venidero. La prueba está en la tentativa de vender tres parcelas valoradas en más de 20 millones en el entorno de Cellophane y la vieja estación. Una de ellas, con capacidad para albergar un rascacielos de 22 plantas, se llegó a ofrecer un 50% más barata de lo pretendido hace tan solo un año. Ni con esas.
Entendido y asumido que la situación no es sostenible, la primera medida fue la de sondear el mercado financiero en busca de un crédito que sirviera para cubrir esos 21,2 millones, pero tanto si se busca en entidades ajenas al Consorcio como si se hace dentro, la consecuencia será más endeudamiento a mayor interés. Además, para las entidades no deja de ser una refinanciación a sí mismos y el encarecimiento de los créditos garantiza pérdidas en el horizonte, esté donde esté, de extinción del Consorcio.

La opción

En principio, la operación de refinanciación podría estar garantizada, pero nadie quiere pan para hoy y mucha más hambre para mañana. Y es en ese contexto en el que se trasladó la posibilidad que, según ha sabido este periódico, es la de ofertar la dación en pago de todos los activos del Consorcio a las entidades acreedoras a cambio de saldar la totalidad de la deuda. Los 166 millones.
A pesar de que el Consorcio guarda un mutismo hermético sobre la propuesta hasta que Barcelona y Zaragoza se pronuncien, este periódico sabe que la oferta ‘municipal’ pasaría por una operación sobre el todo. Al igual que en el caso de la refinanciación, la dación parcial sería una solución transitoria pero nunca definitiva. En las cajas, más silencio. Primero porque no mandan ellas, y segundo porque la operación debe ser estudiada con mucho tiento, valorando los pros y los contras.
Ese ejercicio pasa por ponderar el resto de escenarios posibles. El primero, refinanciar, no garantiza que el problema no se regenere a corto plazo y con mayores dimensiones, puesto que si no hay venta la deuda continúa engordando a golpe de coste financiero.
El segundo escenario es todavía más complejo. Pasaría por una suerte de concurso de acreedores. Esto podría hacerse constituyendo una sociedad a la que transvasar los activos, pero debería tener unos administradores y las entidades se meterían en un fango poco provechoso y muy pesado. El tercero, y según algunas fuentes especializadas consultadas por este periódico también el «más lógico», sería la citada dación en pago.

Lo que hay y lo que no

Los 166 millones que tiene que encarar el Consorcio son consecuencia de tres operaciones de crédito que sumaron, inicialmente, 200 millones de euros. El dinero se ha invertido en pagar la parte que le correspondía a la ciudad del desvío ferroviario, en abonar las expropiaciones, en construir el bulevar y en los gastos y costes de gestión.
La primera operación se firmó por valor de 105 millones con Caja de Burgos y Cajacírculo (al 50%) y su vencimiento alcanza 2018, fecha que, hablando de lo que hablamos, es ‘a la vuelta de la esquina’. La segunda fue de 45 millones y contó con los mismos protagonistas. En este caso el último vencimiento está fijado en 2023. El tercer y último préstamo se rubricó con Dexia Sabadell por valor de 50 millones y con la última letra a pagar en 2028.
Dexia es la única de las tres entidades que no forma parte del Consorcio. He aquí otra circunstancia que habrá que superar, ya que la situación de cada una de las tres entidades es diferente. Por ejemplo, en el caso de Caja3 la previsión es que parte de sus activos inmobiliarios sean puestos en manos del denominado ‘banco malo’ en cuestión de días.
Y aquí llegamos a otro punto: ¿Qué tiene el Consorcio para ofrecer a cambio de la deuda? Pues mucho suelo y, en condiciones normales, muy valioso. La mayor concentración de activos se encuentra en el entorno de la vieja estación y Cellophane. Allí es propietario de casi todas las parcelas, tanto las destinadas a suelo residencial (vivienda protegida y libre) como las de suelo terciario (comercio, por ejemplo). Esos suelos, en algunos casos, están reservados para albergar rascacielos y gozan de grandes aprovechamientos. Entre ellos se encuentran los solares que esperan la llegada de las dichosas torres diseñadas por Herzog y De Meuron.
También en la zona el Consorcio es propietario de 40 VPO cuyos adjudicatarios renunciaron a ellas tras años de una problemática gestión. Son las que se encuentran entre el paseo de Laserna y el plan parcial estación. Por cierto que a los adjudicatarios iniciales de esas viviendas hay que devolverles más de un millón de euros antes de final de 2014... También hay siete locales comerciales en los mismos edificios. Por último, los dos grandes hangares que otrora fueron talleres de Renfe (terciario) también son suyos.
La otra gran bolsa de activos es el S-27. En católico, la Ciudad del AVE. Se trata de todo el sector ubicado entre el Hospital Universitario y la estación Rosa de Lima en el que se erigirán (algún día) 30 torres de diferentes alturas. El Consorcio es propietario allí de 107.565 metros cuadrados de suelo, lo que se traduce en 32.914 metros cuadrados de ‘techo construido’. El 60% serán viviendas (y de ese porcentaje el 18% VPO) y el 40% es suelo terciario. Allí se concentraron buena parte de los aprovechamientos resultantes en el itinerario entre un lugar y otro.
Ahora resta saber si en las centrales de decisión se abren de orejas o no. Porque, tal y como señaló el vicealcalde Ibáñez cuando asumió, dos meses atrás, que no hay dinero para pagar, «a veces las cosas dependen de en qué mesa caigan».
Fuente: Diario de Burgos