lunes, 4 de agosto de 2014

LA DEJADEZ DEL AYUNTAMIENTO Y EL CENTRO HISTÓRICO

Una plaza por proteger

G.G. Ubierna / Burgos - lunes, 04 de agosto de 2014
Al habitual caos del epicentro del casco histórico de la capital hay que sumar ahora el trastorno ocasionado por las obras de reparación de los adoquines rotos • El conjunto presenta una imagen sucia y desordenada
Hace más de un mes que el Ayuntamiento colgó de uno de sus balcones una pancarta de varios metros en la que se recuerda que «el comité de patrimonio mundial de la Unesco aprueba la protección del centro histórico de Burgos». Una pancarta que para cualquiera de los muchos visitantes que recorren las calles de la capital estos días ha de ser chocante por necesidad, dado que preside uno de los sitios que menos protegidos parecen estar en este momento no en el centro, sino en toda la capital.  
La Plaza Mayor no solo tiene que soportar habitualmente una colección de terrazas con mobiliario, estética y dimensiones diferentes, sino que a la panorámica general se han incorporado ahora más de una decena de elementos de obra de plástico de los que se emplean para señalizar los interminables trabajos de reparación del ladrillo rojo del pavimento, el ya famoso clínker, repartidos por todo el perímetro.
Y todo ello se adereza con una cierta cantidad de cartones acumulados junto a los contenedores subterráneos y varias decenas de servilletas, palillos y papeles de toda índole que revolotean entre sillas y bancos de mármol antes de juntarse en remolino en el epicentro del casco histórico.
Hace aproximadamente ocho años que se planteó la posibilidad de unificar la estética del mobiliario urbano para las terrazas del casco histórico, pero esa idea cayó en el olvido y cada una de las cafeterías que han abierto en los últimos años han escogido una estética distinta a la que tenían sus predecesores. Así, en un mismo espacio es posible encontrar sillas de asiento y respaldo metálico junto a otras de plástico de colores -blanco o granate- que se colocan pegadas a otras trenzadas, imitando al mimbre. Cada una con un elemento también diferente para delimitar su espacio.
En resumen, que todos los turistas que están visitando en estas fechas la capital se llevan la imagen de una Plaza Mayor sucia, desordenada y mal conservada, porque si bien es cierto que se están reparando los ladrillos, sigue habiendo muchos rotos o directamente levantados, como ocurre en todo el perímetro de los contenedores soterrados. Y todo ello, con la pancarta de la Unesco presidiendo.
Fuente: Diario de burgos