martes, 12 de mayo de 2015

ES MUY DIFÍCIL VOTAR

Elecciones

Por Juan Vallejo
El patético paisaje humano que presentan las distintas candidaturas, con honrosas excepciones que dijera el otro, anima al elector a despreciar las urnas. Por un lado, el partido en el Gobierno, hiede a corrupción: una mafia enquistada en el Congreso que abreva todo lo que se mueve.

La mayor parte de los diputados, sangra al país con sus cacicadas y sobresueldos. Los escándalos de Rato y toda la camarilla de la boda de la hija de Aznar, son portada en los tabloides más prestigiosos del mundo por ser carne de presidio y de juzgado.

El Partido Popular es el paradigma de la indecencia política. Desde el Presidente Rajoy hasta el defenestrado Bárcenas, hacen buenos a los Al Capone y demás ralea mafiosa. Y es que estos herederos de Aznar, Fraga y Franco, no son otra cosa que la perversidad de la ambición, la codicia; el saqueo al ciudadano, importándole un pimiento la situación del pueblo que uno no sabe cómo se las apaña para aguantar esta podredumbre. Mienten, manipulan, se llevan la pasta a Suiza, y salen indemnes de masacres como las de Irak (la chulería de Aznar y su consenso para masacrar al país iraquí, merecerían un juicio sumarísimo por crímenes contra la humanidad ).  Y que decir de Trillo con respecto a las víctimas del Yak 42 y su despotismo y soberbia, trincando por decir buenos días desde puestos tan codiciosos como la Embajada de España en Londres.   La cárcel es el destino de todos estos canallas. De otra forma el más firme desprecio a estos sinvergüenzas que han llevado al país a la ruina y a un sufrimiento perenne.

Y el otro desgraciado del sistema, el PSOE, cuya debacle va a alcanzar cotas insospechadas por sus luchas intestinas y la descomunal mordida de los Ere andaluces. O esos sindicalistas que han hecho de UGT y CCOO un estercolero. Izquierda unida es otro bancal de puñaladas por donde beben sangre los visitantes: Podemos, Ciudadanos y otros que a nivel provincial y regional tratan de entrar en ayuntamientos y comunidades a través de alianzas ciudadanas, la mayor parte de ellas sin personalidad y cuajadas de ineptitud.

Este es a grandes rasgos el escenario por donde se mueven, en su mayoría, los candidatos de una prebenda o un sueldo decente (tapadera de mordidas la mayor parte de las veces), aunque no sepan ni escribir correctamente un dictado. Analicen, si no, a los personajes que ansían un escaño municipal o una silla de diputado, sus programas y discursos, sus carreras y oficios y el sueldo actual que tienen, de qué viven. Se asombrarán. Verán conmigo cómo, detrás de su demagogia y embustes, de su vacío discurso, subyace el interés personal a poder ser vitalicio: la experiencia así lo demuestra.  
Llama la atención la palabra Cultura, un proyecto cultural: la base del progreso, de la educación.  No aparece por ningún lado. No les interesa. No saben qué es eso. Les importa un huevo que se cierren cuatro librerías diarias en el país o que ni dios lea un libro; que los alumnos, la mayor parte, no resisten una redacción sin faltas de ortografía. No digamos los políticos, concejales y demás linces del chollo nacional.  Que las humanidades hayan sido desterradas de los centros de enseñanza y de las universidades. Que la cultura sea inaccesible por un IVA abrasador entre otras cosas. Ningún proyecto cultural en el ideario de los partidos. Un país a la cola del intelecto de Europa. O un programa que contemple que España no ha resuelto todavía el duelo de la Guerra Civil, despreciando a sus muertos en cientos de fosas sin abrir. No leo en los idearios políticos las carencias que la famosa y devaluada Transición dejó como herencia.

Burgos tiene su ilusión puesta en un nuevo partido multicolor. Lo tienen crudo. Están muy verdes y sin experiencia alguna. Sus prontuarios carecen de garra, de seducción. Tienen enfrente al poder del dinero, al Gran Jefe Méndez anudado al PP y a la Iglesia, esenciales valedores del inmovilismo, la casposidad y el caciquismo.  Contra eso solo la Cultura puede hacer algo; pero brilla por su ausencia en los proyectos de la alternativa híbrida que se denomina Imagina Burgos. Generalmente acaban desollándose unos a otros, incluso antes de los comicios, como así está sucediendo. Recuerden aquella alianza que aupó al alcalde Olivares: un tripartito que acabó como el rosario de la aurora en apenas una legislatura. Y eso otro que se denomina Progresa Burgos o algo así, formado con los deshechos de UPD, que no saben ni lo que quieren. El que lo sabe muy bien es el alcalde Lacalle; también sus secuaces.  Recuerden cómo, en anteriores comicios, a raíz de los sucesos de Eladio Perlado, salieron elegidos y para más inri con mayoría de votantes de la zona afectada, de Gamonal.
Qué quieren que les diga. Que yo no voto. No me merecen confianza alguna. La abstención es una opción llena de fuerza; lo digo por experiencia.
Fuente: Burgosdijital